sábado, 17 de octubre de 2009

El pensamiento silenciado.

Carlos S. Olmo Bau.

Todo indica que Ágora, la última película de Alejandro Amenazar, va a poner de moda la figura de Hipatia de Alejandría; encarnada en el film por la actriz británica Rachel Weisz. De hecho diferentes crónicas y artículos ya se refieren a ella como la primera mujer científica y filósofa de Occidente; señalando la excepcionalidad de una mujer nacida en el siglo en el siglo IV después de Cristo, probablemente la última responsable de la Biblioteca de Alejandría, astrónoma, matemática y filósofa, linchada hasta su muerte por una turba de cristianos; alentada según algunas interpretaciones por Cirilo, Arzobispo de la ciudad, hoy en el santoral de la Iglesia Católica.

Excepcional, sin duda, Hipatia no fue, sin embargo, ni la primera ni la única mujer dedicada en la antigüedad a la Filosofía. Dentro de la escuela platónica en la que, como destacada sucesora de Plotino, se la inscribe, la antecedieron sendas Géminas (madre e hija) y Arria, en el siglo III, y mucho antes Lastenia de Mantinea y Axioteca de Fliasia (siglo IV a.C), ambas discípulas directas de Platón. A ellas, en un fugaz repaso por las diferentes corrientes filosóficas, cabe añadir a Teano, la más famosa de las pitagóricas; la estoica Porcia; la epicúrea Temista; la cínica Hiparquia; la megárica Nicarete; la cirenáica Arete;... o, no adscrita a escuela alguna, Diotina (S. V a.C) que, en materia de Filosofía del Amor enseñó al propio Sócrates.

En un artículo1 que tendrá ya unos cinco años -y de cuya traducción al castellano se ha tomado el título para estas líneas- Umberto Eco hace referencia a un libro escrito por Gilles Ménage en 1690, Historia Mulierum Philosopharum, que recoge esos y otros nombres vinculados a la Filosofía Antigua (añadiendo los de sendas filósofas medievales -Eloísa y Novella- en la segunda edición de 1692).

Ninguno de esos nombres de mujer aparece, sin embargo, en las actuales enciclopedias al uso. El Diccionario de Filosofía de Ferrater Mora, por ejemplo, dedica una entrada a Hipatia, nada a las demás. Incluso entre filósofas recientes hay ausencias notables (Hannah Arendt, Agnes Heller,...)

Y en la traducción española de la Enciclopedia Oxford de Filosofía aparece la entrada “Eloisa, complejo de” para referirse a la tendencia de las mujeres en filosofía a idolizar o bien un colega masculino o un profesor (…), o bien un ‘gran’ filósofo vivo o muerto cuya bandera exhiben. Pero nada dice de la propia Eloísa.

En ambas obras, sin embargo, sí aparecen las fuentes que el propio Ménage emplea para componer sus retratos. Por citar algunas: Apolonio de Calcis, Plutarco, Diógenes Laercio, Estobeo, Máximo de Tiro, Clemente de Alejandría, Eunapio de Sarpes, Jacques Gaffarel,...

Quizá en ese sentido sea aplicable a la historia de la Filosofía lo que la historiadora del Arte Griselda Pollock afirma de su rama: que las mujeres han sido expulsadas de la historia del arte en el siglo XX, que en épocas anteriores hubo artistas celebradas pero que los historiadores contemporáneos las han marginado.

El libro de Ménage acaba de ser publicado en castellano por Herder2. 73 entradas para 65 apuntes de desigual extensión y profundidad permiten acercarse a una historia desconocida y oculta, aunque es cierto que ese acercamiento lo es más a las figuras reseñadas en sí, a sus relaciones y a su momento histórico, que a su pensamiento. Escrito a modo enciclopédico, ha sido traducido por Mercè Otero Vital y cuenta con una introducción y anotaciones de Rosa Rius Gutell. De ambas interesa añadir que participaron, en 1997, en un libro colectivo titulado “Mujeres en la Historia del Pensamiento”3 (Anthropos, edición a cargo de Rosa Mª Rodríguez Magda) que dedica la mayor parte de sus páginas a protagonistas muchas veces olvidadas (desde la Clitemnestra de Esquilo a María Zambrano pasando por las escritoras castellanas del Humanismo y el Renacimiento o por Christine de Pizán y Marie de Gournay) y que se abre con sendos estudios metodológicos de lectura más que recomendable: “Indicios y fragmentos: Historia de la Filosofía de las mujeres” y “Del olvido a la ficción: Hacia una genealogía de las mujeres”; de Fina Birulés y la citada Rodríguez Magda, respectivamente.

Umberto Eco concluye el artículo a que se hacía referencia afirmando que no es que no hayan existido mujeres que filosofaran sino que los filósofos han preferido olvidarlas, tal vez después de haberse apropiado de sus ideas. Los dos libros traídos a colación permiten visibilizar esa realidad silenciada, oculta; constatar que, también en este ámbito, no hay un pasado homogéneo sino uno vencedor y muchos vencidos; y ayudar, tomando una expresión de Walter Benjamin, a analizar la historia desde una mirada que pase sobre ella “el cepillo a contrapelo”. No es poco.

1Eco, U.; “El pensamiento silenciado. Filosofía en femenino”, en El Mundo, 5 de mayo de 2004. Hay versión digitalizada en www.elmundo.es/papel/2004/03/05/cultura/160797.html

2Ménage, G., Historia de las mujeres filósofas, Herder, Barcelona, 2009.

3Rodríguez Magda, R.Mª. (ed.); Mujeres en la historia del pensamiento; Anthropos, Barcelona, 1997.

viernes, 9 de octubre de 2009

Un par de sketchs 'filosóficos'

Hemos intentado subir ambos vídeos al Blog, pero nos hemos encontrado con algunos problemas con los cortafuegos y herramientas de seguridad de los ordenadores del instituto, asi que al final hemos recurrido a los enlaces.
Se trata de sendos sketchs sacados de una película de Monty Python que aquí se llamó "El Show de Hollywood".
Uno lleva por título "International Philosophy" aunque también se encuntra buscando "filosofía griega vs. filosofía alemana" o "fútbol filosófico".
El segundo sólo lo hemos encontrado traducido al portugués, pero es fácil de entender: "Monty Python y los filósofos".
Quieren motivar al menos media sonrisa... con la esperanza de que esta no se pierda a lo largo del curso.

lunes, 5 de octubre de 2009

¿Para qué sirve la filosofía?

Gilles Deleuze.

Cuando alguien pregunta para qué sirve la filosofía, la respuesta debe ser agresiva ya que la pregunta se tiene por irónica y mordaz. La filosofía no sirve al Estado, ni a la Iglesia, que tienen otras preocupaciones. No sirve a ningún poder establecido. La filosofía sirve para entristecer. Una filosofía que no entristece o no contraría a nadie no es una filosofía.

Sirve para detestar la estupidez, hace de la estupidez una cosa vergonzosa. Sólo tiene un uso: denunciar la bajeza en todas sus formas. ¿Existe alguna disciplina, fuera de la de filosofía, que se proponga la crítica de todas las mixtificaciones, sea cual sea su origen y su fin? Denunciar todas las ficciones sin las que las fuerzas reactivas no podrían prevalecer. Denunciar en la mixtificación esta mezcla de bajeza y estupidez que forma también la asombrosa complicidad de las victimas y de los autores. En fin, hacer del pensamiento algo agresivo, activo, afirmativo. Hacer hombres libres, es decir, hombres que no confunden los fines de la cultura con el provecho del Estado, la moral, y la religión. Combatir el resentimiento, la mala conciencia, que ocupan el lugar del pensamiento. Vencer lo negativo y sus falsos prestigios. ¿Quién, a excepción de la filosofía, se interesa por todo esto?.

La filosofía como crítica nos dice lo más positivo de sí misma: empresa de desmitificación. Y, a este respecto, que nadie se atreva a proclamar el fracaso de la filosofía. Por muy grandes que sean la estupidez y la bajeza serían aún mayores si no subsistiera un poco de filosofía que, en cada época, les impide ir todo lo lejos que quisieran…pero ¿quién a excepción de la filosofía se lo prohíbe?


Deleuze, G.; Nietzsche y la filosofía, Anagrama, Barcelona, 1971, págs. 149-150.

La luna.

La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas..
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia a los que se han intoxicado de filosofía.

Un pedazo de luna en el bolsillo
es mejor amuleto que la pata de conejo :
sirve para encontrar a quien se ama,
para ser rico sin que lo sepa nadie
y para alejar a los médicos y las clínicas,

Se puede dar de postre a los niños cuando no se han dormido
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir.

Pon una hoja tierna de luna debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.

Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues, y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas.

Sub-comandante Marcos. EZLN, Chiapas. México.

¿Qué es la filosofía?


Puedes visitar la página del dibujante y filósofo Quino en www.quino.com.ar